Él sostiene mi sangre en sus risas,
enfría el aire a mi alrededor,
hace que el tiempo pase rápido y a la vez lento.
Mueve el dolor
(cuando dice mi nombre, cuando me mira y sonríe).
Él sólo ha visto pocos amaneceres,
pero él
ya ha hecho de algunos
los más felices.
Los más afortunados.
Los más amados.