sábado, 10 de julio de 2010

i never thought i die alone


Abrió los ojos sólo para ver el ocaso.
¿Cuándo imaginó el pesar que estaba sintiendo?
Tan cruel,
una sensación vil.
En el cristal parecían pasar las mismas cosas
mofándose.

Un deja vú constante.

El aire que respiraba es tan fresco
-a la vez tan asfixiante-
es veneno puro
recorriendo su interior.

Y las gotas de esta lluvia invisible recorren esa piel...

La fragancia de estas flores se comen su hedor,
porque en el alma es donde todo se está hechando a perder.

Y la brisa nos consume,
como el sol al rocío matutino.

Solamente nos conservaremos en las tinieblas.



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