sábado, 3 de julio de 2010

sick story


Comenzó una noche. El aire jamás había sido tan refrescante. Decidió subir una escala más en sus pensamientos, intentó llegar más lejos.

¿Cuál fue su interés repentino? Estó cruzó por su cabeza:

-Oh, ¿qué hago ahora? ¿Qué más me puede quedar al intentar volver? No es inalcanzable lo que añoro. Un pedazo de arcoiris. Un pedazo de su mente. -

Es como que sonríes...

Entonces todo cambia. Y despierta en medio de la oscuridad.

...pero no eres feliz.

¡Intenta encontrar un apoyo! ¡Rápido!

-¿Qué viniste a hacer aquí? Contesta, apúrate, ¡el tiempo se acaba!.

-Vengo a venderte un poco de sentimientos- contesta con calma.

-¿Sentimientos?.

-Sí. Ni siquiera yo sé que son en realidad. Pero disfruto bastante convivir con ellos.

-¿Son buenos acompañantes?.

-Bastante buenos.

Pensó el que eran desechables, igual que las demás cosas. Pensó que si no le gustaban podía encerrarlos en una caja y tirarlos al agua, que se los llevara el destino a alguien más.

Y aquí hizo el trato más maravilloso de su existencia.

No hay comentarios:

Publicar un comentario